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Historia de la confesión

Confesión de Fe de Westminster (1647)

Mientras la Guerra Civil en Inglaterra entre el Parlamento puritano y el rey (1642-1649) estaba en pleno auge, se hicieron cambios en la Iglesia Anglicana. En 1643, el Parlamento abolió la forma episcopal de gobierno eclesiástico, con sus parroquias y obispos jerárquicos. También pidió una nueva estructura. Ésta sería formulada por una asamblea de ciento veintiún clérigos (los “teólogos”) y treinta laicos: 10 miembros de la Cámara de los Lores y 20 miembros de la Cámara de los Comunes.

Esta “Asamblea Westminster de Teólogos” se reunió en la histórica abadía de Westminster (contigua al Parlamento) en Londres, de la cual la declaración deriva su nombre. La mayoría de los presentes en la Asamblea reunidos en 1643 eran presbiterianos puritanos. Se permitió la participación de ocho comisionados escoceses en las reuniones, como muestra de aprecio por su ayuda en la lucha contra el rey.

Aunque los representantes escoceses no tenían ningún rol oficial en las reuniones, su presencia fue influyente. La Asamblea realizó 1.163 sesiones entre el 1 de julio de 1643 y el 22 de febrero de 1649. Se requería un quórum de 40 miembros. Al ir avanzando el trabajo, se preparó un Directorio de Culto para reemplazar el libro de oración episcopal.

Además, se redactó una nueva declaración de fe para la Iglesia Anglicana. La Confesión de Westminster llegó a ser el credo protestante más importante de la época de la Reforma. Se empezó a trabajar en esta confesión en julio de 1645, siguiendo con muchas interrupciones hasta ser terminada en diciembre de 1646. La confesión o declaración fue presentada a ambas Cámaras del Parlamento en 1647 bajo el título: “El humilde consejo de la Asamblea de Teólogos, con citas y pasajes de las Escrituras anexadas, presentado por ellos a ambas Cámaras del Parlamento.”

La Confesión de Westminster es un resumen de las principales creencias cristianas en treinta y tres capítulos. Está saturada de la teología bíblica reformada clásica, con énfasis en las relaciones de pacto entre Dios y el hombre. En cuanto al gobierno de la iglesia, presenta el concepto presbiteriano: con presbíteros (o sínodos) que supervisan a las congregaciones locales.

En cuanto al bautismo, conserva al bautismo infantil, en concordancia con el concepto de pacto de la herencia cristiana. Éste mantiene que Dios con frecuencia salva a familias enteras, y que el infante es considerado parte del pacto a través de sus padres creyentes, mientras no pruebe lo contrario por medio de sus decisiones relacionadas con su estilo de vida.

A fin de explicar la declaración, la Asamblea de Westminster preparó un Catecismo Mayor para ser enseñado públicamente por los pastores desde el púlpito. Se publicó un Catecismo Menor para la instrucción de los niños.

Aunque la Confesión de Westminster fue usada sólo brevemente por la Iglesia Anglicana, fue adoptada por la Asamblea general de la Iglesia de Escocia en 1647 para uso general. La Confesión de Westminster sigue siendo hasta hoy la declaración de fe autoritativa de la mayoría de las iglesias presbiterianas.

Declaración de Savoy (1658)

Muchos cristianos evangélicos conservadores consideraban que la Confesión de Westminster era una afirmación correcta de la fe según las Escrituras, pero no coincidían con las afirmaciones sobre el gobierno de la iglesia y el bautismo. Éstos formaron dos grupos: los congregacionalistas y los bautistas.

A fin de mantener el crecimiento del que disfrutaban, el 29 de septiembre de 1658 se reunieron en el Palacio Savoy en Londres, en una asamblea de líderes congregacionalistas.

El sínodo adoptó una “Declaración de fe y orden, observados y practicados en las iglesias congregacionalistas.” Basada mayormente en la Confesión de Westminster, la Declaración de Savoy incluía una sección sobre “La institución de iglesias y el orden establecido en ellas por Jesucristo”. Defendía la forma congregacional para el gobierno de la iglesia.

Confesión de fe Bautista de Londres de 1677

Los que consideraban que las Escrituras enseñan el bautismo del creyente también necesitaban una declaración de fe clara. A éstos los conocían como “bautistas”. Sintiéndose sustancialmente unidos con el sufrimiento de los presbiterianos y los congregacionalistas bajo la misma injusticia cruel, los bautistas se reunieron para publicar su armonía sustancial con ellos en cuestiones de doctrina.

Se envió una carta circular a las Iglesias Bautistas Particulares en Inglaterra y Gales, pidiendo a cada congregación que enviara representantes a la reunión en Londres en 1677. Se aprobó y publicó una declaración inspirada en la Confesión de Westminster. Desde entonces lleva el nombre de Confesión de Londres de 1677. Debido a que este documento fue desarrollado en las oscuras horas de opresión, fue lanzado bajo el anonimato.

El prefacio de la publicación original de 1677 dice en parte: “Han pasado ya muchos años 1 desde que varios de nosotros… sentimos la necesidad de publicar nuestra confesión de fe, para la información y satisfacción de quienes no entendían cabalmente cuáles eran nuestros principios, o que habían tenido prejuicios contra nuestra profesión…

1 Habían pasado 33 años desde que la Declaración de Londres anterior había sido expedida (en 1644) por siete congregaciones bautistas en Londres. Aquel documento había sido desarrollado para distinguir a las iglesias bautistas reformadas (que siguieron la fe evangélica histórica de la Reforma), de los anabautistas y los recientemente formados bautistas arminianos.

“En vista de que en la actualidad esta confesión 1 no está al alcance de todos, y de que muchos otros también han aceptado la misma verdad que contiene; juzgamos necesario juntarnos para dar un testimonio al mundo de nuestra adherencia firme a estos sanos principios…

“Llegamos a la conclusión de que era necesario declararnos más plena y decididamente… y no encontrando defecto en este sentido en la adoptada por la Asamblea [de Westminster], y después de ella por los congregacionalistas, llegamos a la conclusión que sería mejor retener el mismo orden en nuestra presente declaración de confesión… mayormente sin ninguna variación en los términos… haciendo uso de las mismas palabras de ambos…

Esto hicimos para… convencer a todos que no tenemos ningún deseo de dificultar la religión con palabras nuevas, sino de esa manera dar nuestro inmediato consentimiento a las palabras sanas que han sido usadas por otros antes que nosotros… En aquellas cosas en las que diferimos con otros, nos hemos expresado con toda candidez y sencillez… Nuestro propósito dista de querer crear una polémica en todo lo que hemos hecho en esta cuestión.”

Confesión de fe de Londres de 1689

William y Mary subieron al trono de Inglaterra en 1689. El 24 de mayo de ese año se promulgó la Ley de Tolerancia. A los dos meses, varios pastores londinenses pidieron una reunión general de bautistas procedentes de Inglaterra y Gales. Se reunieron en Londres representantes de ciento siete congregaciones desde el 3 al 12 de septiembre. Adoptaron la Confesión de Londres de 1677 con algunas importantes correcciones.

Una de las razones del crecimiento de las congregaciones bautistas eran las características particulares del movimiento. Los bautistas no reconocían los sacramentos como tales, como los reconocían los anglicanos y los católicos romanos.

Creían en dos ordenanzas: la Cena del Señor y el bautismo de los que profesaban ser creyentes. Los primeros bautistas preferían ser bautizados por inmersión en “aguas vivas”; agua que corría en un río o arroyo. En el gobierno eclesiástico bautista, la congregación tenía completa autoridad. Podía llamar a su pastor y despedirlo. No había obispos ni superintendentes en la estructura bautista. Ningún grupo tenía poder gubernamental sobre otras congregaciones individuales.

En resumen, las interpretaciones de fe cristiana evangélica tal como las proclaman las Escrituras fueron presentadas en la Confesión de Westminster en 1647. Se realizaron actualizaciones 1) para el gobierno eclesiástico congregacional en la Declaración de Savoy en 1658 y 2) para el bautismo del creyente en la (primera) Confesión de Londres de 1677.

El mensaje principal de la Confesión de Westminster fue nuevamente preservada en la Confesión de fe de Londres de 1689, que incorporó las revisiones menores tanto de la Declaración de Savoy y la primera Confesión de Londres. La presente Confesión Bautista Fe de 1689 ha pasado la prueba del tiempo y ha llegado a ser una de las afirmaciones más importantes de la fe evangélica en la historia de la iglesia. Es utilizada en la actualidad por miles de congregaciones alrededor del mundo.

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